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Cómo manejar la montaña rusa emocional al inicio de la menopausia

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La llegada de la menopausia suele venir acompañada de altibajos emocionales intensos. Muchas mujeres describen esta etapa como una “montaña rusa” de cambios de humor: momentos de irritabilidad, tristeza repentina, ansiedad e incluso episodios depresivos. Estas fluctuaciones tienen una base biológica clara: durante la perimenopausia y la menopausia temprana disminuyen drásticamente hormonas clave como el estrógeno y la progesterona, lo cual altera la química cerebral (por ejemplo, bajan los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores que regulan el estado de ánimo) .

Como resultado, más de la mitad de las mujeres en esta etapa reportan sentimientos de tristeza o ansiedad, y cerca del 58% experimenta cambios de humor frecuentes . La buena noticia es que, si bien estos desbalances emocionales son normales, existen estrategias de salud y bienestar que pueden ayudar a manejarlos de forma efectiva. A continuación, reunimos consejos de expertos –desde médicos ginecólogos hasta psicólogos especializados– enfocados en cambios de estilo de vida (ejercicio, alimentación, relajación y apoyo) respaldados por la ciencia para sobrellevar esta montaña rusa emocional de la mejor manera.

Entender y aceptar los cambios emocionales

El primer paso para afrontar los vaivenes anímicos de la menopausia es reconocer su origen y normalizarlos. Los especialistas señalan que es importante entender que “todos estos cambios y emociones son completamente normales” y que “no eres ‘tú’ al 100%, sino que estás viviendo cambios hormonales” propios de esta etapa . Tener esta perspectiva ayuda a no culparse ni sentir que “se está volviendo loca”; al contrario, permite darse permiso de sentir emociones intensas sin vergüenza y con empatía hacia una misma.

La Dra. Teresa Aznar, ginecóloga, enfatiza que la menopausia es una transición natural que implica cambios físicos y emocionales, por lo que debemos prestar atención a lo que sentimos y buscar maneras saludables de gestionarlo . Aceptar que los cambios de humor pueden formar parte de este proceso es fundamental para poder tomar acción. Si notas que estás más irritable, sensible o triste de lo habitual, no lo niegues ni minimices: reconocerlo es el primer paso para manejarlo mejor .

Ahora bien, aunque las hormonas sean las principales responsables de este torbellino emocional, otros factores de la vida a los 45-55 años pueden influir (hijos que se independizan, padres mayores que cuidar, cambios en la relación de pareja, jubilación cercana, etc.) . Todo esto puede sumar estrés. Por ello, entender el contexto completo ayuda a enfrentar de forma más compasiva los altibajos. No dudes en consultar al médico si tus síntomas emocionales son muy intensos o preocupantes: un profesional de la salud podrá confirmar que se relacionan con la menopausia y descartar otras causas .

Tu ginecólogo o médico de cabecera puede evaluar tu caso y, de ser necesario, indicarte opciones de tratamiento o derivarte a un especialista en salud mental . “Lo primordial es no aislarse”, recuerda por su parte la Dra. Consuelo Manero (psicoterapeuta); hablar abiertamente con profesionales y con tu entorno cercano te ayudará a atravesar esta fase con una mejor calidad de vida . En suma, acepta que estás “montada en esa montaña rusa por culpa de las hormonas” y disponte a trabajar en ello adoptando hábitos saludables y buscando apoyo.

Ejercicio físico regular para levantar el ánimo

Numerosos estudios respaldan el poder del ejercicio para mejorar el estado de ánimo, y los expertos lo recomiendan como una de las mejores estrategias durante la menopausia. La actividad física, sobre todo de tipo aeróbico moderado (por ejemplo caminar a paso ligero, nadar, montar en bicicleta o practicar yoga), estimula la liberación de endorfinas y otras “hormonas de la felicidad” que producen bienestar y reducen el estrés . La Dra. Aznar aconseja mantenerse activa: incluso algo tan sencillo como salir a caminar regularmente puede marcar una diferencia en tu humor diario.

También sugiere combinar ejercicios cardiovasculares con entrenamiento de fuerza para obtener beneficios adicionales . En la menopausia es común la pérdida de masa muscular y ósea debido al descenso de estrógenos, así que hacer ejercicios de resistencia (pesas ligeras, yoga con peso corporal, Pilates) ayuda a mantener los huesos fuertes y mejora la autoestima física. Este tipo de rutina no solo mejora la salud del corazón y los huesos, también aumenta la energía y vitalidad, contribuyendo a un mayor bienestar general .

Otra ventaja del ejercicio es que suele mejorar la calidad del sueño y aliviar la ansiedad. Por ejemplo, prácticas mente-cuerpo como el yoga o el tai chi combinan movimiento suave con respiración y atención plena, lo cual ha demostrado reducir la tensión y los síntomas de depresión leve en mujeres menopáusicas . Incluso unos minutos al día de actividad (dar un paseo al aire libre, estiramientos matutinos) pueden ayudarte a sentir más control sobre tus emociones. La ciencia confirma que mantenerse activa de forma constante se asocia con mejor estado de ánimo en la mediana edad .

Por ello, procura agendar ejercicio en tu semana como parte de tu autocuidado. Encuentra alguna actividad que disfrutes —desde bailar hasta jardinería— de modo que moverte sea placentero y no una carga. Escucha a tu cuerpo: si nunca has hecho deporte, empieza poco a poco con actividades suaves, y si ya eres activa, adapta tu rutina según tu nivel de energía diario. Lo importante es la regularidad. Con el tiempo, notarás no solo cambios físicos positivos, sino también una mayor estabilidad emocional y menos episodios de irritabilidad . En palabras simples: “hacer ejercicio y comer sano son dos cosas que te hacen más feliz” .

Alimentación equilibrada y salud emocional

La alimentación desempeña un papel clave tanto en la salud física como en el equilibrio emocional durante la menopausia. Los expertos aconsejan llevar una dieta variada y balanceada que apoye la producción de neurotransmisores y ayude a regular las hormonas. En concreto, consumir alimentos ricos en omega-3 (presentes en pescados azules como el salmón, en las nueces y en semillas de lino o chía) y en magnesio (abundante en vegetales de hoja verde, almendras, aguacate) puede contribuir a mejorar el estado de ánimo. Estos nutrientes favorecen la producción de serotonina, sustancia cerebral que nos ayuda a sentir bienestar .

Asimismo, incluir en la dieta fuentes de triptófano –un aminoácido precursor de la serotonina– como los plátanos, el pavo, los lácteos o las legumbres, podría tener un efecto positivo en el ánimo . Por otro lado, los fitoestrógenos naturales presentes en alimentos como la soja, el tofu, las semillas de sésamo o el lino, imitan en parte la acción del estrógeno en el cuerpo. Algunos especialistas en menopausia señalan que incorporar estas fuentes vegetales puede ayudar a suavizar las fluctuaciones hormonales y atenuar síntomas como sofocos e irritabilidad .

Además de qué comer, importa cómo se come. Es recomendable hacer comidas regulares para mantener estables los niveles de azúcar en sangre, evitando así bajones de energía que puedan influir en cambios de humor. Limitar el consumo de azúcares refinados y carbohidratos simples es prudente, ya que pueden provocar subidas y bajadas bruscas de glucosa que afectan el estado anímico y dejan sensación de cansancio o irritabilidad. Igualmente, moderar los estimulantes como la cafeína es buena idea: un exceso de café, té negro o bebidas energéticas puede agravar la ansiedad y alterar el sueño .

Si notas que estás más nerviosa, prueba reducir la cafeína unos días para ver si mejora tu tranquilidad. En cuanto al alcohol, conviene ser cautelosa. Aunque una copa ocasional pueda relajarte momentáneamente, el alcohol tiende a empeorar la calidad del sueño y puede intensificar la depresión o la inestabilidad emocional . Los expertos aconsejan evitar “refugiarse” en tranquilizantes, sedantes o bebidas alcohólicas para lidiar con el estrés, ya que a la larga estos hábitos impiden desarrollar mecanismos de afrontamiento saludables . Es preferible optar por infusiones relajantes (manzanilla, tilo, valeriana) si se necesita algo para calmar la ansiedad por la noche.

Por último, algunas mujeres exploran el uso de suplementos naturales para apoyar su bienestar en esta etapa. Remedios herbales como la maca andina o la ashwagandha han ganado popularidad por sus posibles beneficios en la estabilidad del estado de ánimo y la reducción del estrés. De hecho, hay reportes de que estos suplementos adaptógenos pueden mejorar la energía y aminorar la ansiedad en la menopausia . Sin embargo, la evidencia científica aún es limitada y sus efectos pueden variar.

Si decides probar algún suplemento o hierba, hazlo siempre con asesoramiento médico para asegurarte de que sea seguro en tu caso (especialmente si tomas otros medicamentos o tienes condiciones de salud preexistentes). Recuerda: una alimentación nutritiva es una aliada poderosa. No se trata de seguir una “dieta” estricta, sino de nutrir tu cuerpo con lo que necesita en esta fase. Comer bien te hará sentir más fuerte, equilibrada y en control, lo cual repercute directamente en tu bienestar emocional .

Importancia de un buen descanso

Los trastornos del sueño son frecuentes al inicio de la menopausia –ya sea dificultad para conciliar el sueño, despertares nocturnos o insomnio– y pueden intensificar la montaña rusa emocional. La falta de descanso agrava la irritabilidad, la fatiga y la niebla mental, dificultando aún más manejar el estrés diario . Por eso, los especialistas subrayan que cuidar la higiene del sueño es fundamental para estabilizar el estado de ánimo. Intenta establecer una rutina nocturna relajante y constante: por ejemplo, ve a la cama a la misma hora cada noche y crea rituales que le indiquen a tu cuerpo que es hora de descansar .

Evita las pantallas brillantes (móvil, computadora, televisión) al menos 30-60 minutos antes de dormir, ya que la luz azul puede suprimir la melatonina y mantenerte despierta. En su lugar, realiza actividades tranquilas como leer un libro, escuchar música suave o practicar ejercicios de respiración. Meditar unos minutos o tomar un baño tibio antes de acostarte también puede ser muy beneficioso para liberar las tensiones acumuladas en el día .

Acondicionar el dormitorio para el descanso es otra estrategia útil. Asegúrate de que tu habitación esté lo más cómoda posible: temperatura fresca (muchas mujeres padecen sofocos nocturnos y un ambiente fresco ayuda), oscuridad y silencio o un nivel mínimo de ruido. Invierte en un buen colchón y almohadas que te brinden soporte. Si los sofocos interrumpen tu sueño, tener a mano un vaso de agua fresca en la mesita de noche o usar sábanas de algodón transpirables puede ofrecer alivio. También es importante moderar la ingesta de líquidos antes de dormir para no despertar tantas veces al baño, y evitar comidas copiosas o muy picantes en la cena que puedan desencadenar acaloramientos.

Cuando logras dormir profundamente las horas que tu cuerpo necesita (lo ideal suelen ser 7-8 horas en la noche), notarás la diferencia en tu estabilidad emocional al día siguiente: tendrás más paciencia, pensarás con mayor claridad y tolerarás mejor los pequeños estreses cotidianos. No subestimes el impacto de un buen descanso. Si pese a tus esfuerzos sigues durmiendo mal, coméntaselo a tu médico; existen enfoques desde la medicina (como la terapia cognitivo-conductual para insomnio, o en casos indicados, tratamientos hormonales o farmacológicos suaves) que podrían ayudarte.

Priorizar el sueño es invertir en tu salud mental. Como dice un recurso especializado, dormir bien es “absolutamente crucial para su mente y su cuerpo”, así que vale la pena adoptar medidas para mejorar el sueño siempre que sea posible . Tu cerebro y tu corazón te lo agradecerán con un mejor estado de ánimo.

Prácticas de relajación y mindfulness

Aprender a relajarse es otro de los pilares para sobrellevar los altibajos emocionales de la menopausia. Técnicas de manejo del estrés, como la meditación, la respiración profunda, el mindfulness (atención plena) o la relajación muscular progresiva, pueden reducir significativamente la ansiedad y mejorar el estado de ánimo . La idea es entrenar la mente para encontrar un remanso de calma incluso en medio del torbellino hormonal. Por ejemplo, practicar diariamente ejercicios de respiración controlada puede activar la respuesta de relajación del cuerpo.

Un ejercicio simple recomendado por terapeutas consiste en inhalar lentamente contando hasta 4, y luego exhalar contando hasta 7, repitiendo este ciclo por un par de minutos . Esta respiración profunda y pausada envía señales de tranquilidad al sistema nervioso, ayudando a disminuir la sensación de alarma o enojo cuando uno se siente sobrepasado. Integrar este hábito, aunque sea unos minutos al día, puede marcar una diferencia en cómo manejas una emoción intensa en el momento .

La atención plena o mindfulness, por su parte, enseña a observar los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos ni dejarse arrastrar por ellos. Durante la menopausia es común sentirse invadida por pensamientos negativos o catastróficos (“¿qué me pasa?, ¿estaré volviéndome insoportable?”). El mindfulness invita a dar un paso atrás mentalmente: reconocer “estoy sintiendo ansiedad/enojo ahora” y notar esas emociones como olas que suben y bajan, en lugar de reaccionar impulsivamente .

Existen aplicaciones móviles y videos guiados para meditación mindfulness que pueden ser un buen comienzo si nunca lo has practicado . También actividades como el yoga o el tai chi combinan movimiento suave con concentración en la respiración, lo que promueve un estado meditativo y de conexión mente-cuerpo muy beneficioso . Estudios clínicos, de hecho, recomiendan la meditación mindfulness como un enfoque eficaz para lidiar con el bajo estado de ánimo en esta etapa . Empezar puede ser tan sencillo como sentarse cómodamente, cerrar los ojos, y enfocar tu atención en los sonidos a tu alrededor o en las sensaciones de tu propia respiración durante unos minutos.

Además de estas técnicas formales, cualquier actividad relajante que te guste puede servir: escuchar música suave, pintar mandalas, tejer, dar un paseo en la naturaleza, tomar una clase de baile, etc. Lo importante es que te ayude a desconectar del estrés diario y te genere placer o tranquilidad. Muchas mujeres encuentran útil llevar un diario personal donde volcar sus pensamientos y emociones cada día . Escribir sobre lo que sientes puede darte perspectiva, ayudarte a identificar patrones en tus cambios de humor y liberar tensiones acumuladas.

Incluso si nunca antes escribiste un diario, esta práctica sencilla antes de dormir podría aquietar tu mente (al “sacar” las preocupaciones al papel) y luego, al releerlo con el tiempo, te permitirá reconocer tus avances y cómo las preocupaciones a menudo no se cumplen tal como pensabas . En resumen, reserva espacios en tu rutina para relajarte y cuidar tu salud mental activamente. Estas prácticas reducen la ansiedad, mejoran el control emocional y te hacen sentir más dueña de tus reacciones ante las hormonas. Construir tu propio “kit de cuidado personal” con técnicas de relajación te dará herramientas para afrontar mejor cualquier momento difícil .

Apoyo emocional: no recorrer este camino sola

Los cambios emocionales de la menopausia pueden volverse mucho más manejables cuando se cuenta con una red de apoyo. Diferentes expertos coinciden en que compartir lo que sientes y apoyarte en tus seres queridos marca una gran diferencia en esta etapa . “Lo primordial es no aislarse”, aconseja la Dra. Consuelo Manero . Aunque a veces puedas tener el impulso de alejarte porque “nadie te entiende” o por vergüenza a tus arranques emocionales, es importante luchar contra ese aislamiento.

Busca la compañía de aquellas personas que te hacen sentir bien: amigas comprensivas con quienes puedas desahogarte, tu pareja si la tienes, hermanos o hermanas, e incluso compañeras de trabajo de confianza. Hablar abiertamente de lo que estás experimentando –contarles que últimamente tienes altibajos, que a veces no puedes evitar llorar o enojarte– puede ser liberador. Lo más probable es que descubras que no estás sola: quizás esas amigas cercanas ya pasaron por lo mismo o también están en ello, y podrán ofrecerte empatía, consejos o simplemente un oído atento. Saber que alguien más ha vivido estas emociones y salió adelante resulta muy reconfortante .

Apoyarte en tu familia también es valioso. Tus familiares mayores (madre, tías, hermanas mayores, abuelas) pueden compartir sus propias experiencias de menopausia; escuchar sus historias te recordará que esto es una etapa natural que otras mujeres lograron superar . Incluso tus hijos adultos, si los tienes, o tu pareja, pueden brindarte apoyo emocional si les explicas con honestidad lo que te pasa. No temas decir: “Estoy en la menopausia y a veces me siento irritable/triste sin razón, agradezco tu paciencia”.

La comunicación abierta suele generar más comprensión a tu alrededor y reduce la sensación de soledad o incomprensión. También considera grupos de apoyo o comunidades (presenciales o en línea) de mujeres en menopausia. Espacios como foros, grupos de Facebook o talleres sobre menopausia permiten conectar con otras mujeres atravesando situaciones similares, donde se comparten consejos y palabras de ánimo. A veces, simplemente leer que otra persona describe exactamente lo que tú sientes proporciona un inmenso alivio al confirmar “no soy la única, no estoy exagerando”.

La psicología nos dice que el apoyo social actúa como colchón protector frente a la depresión y la ansiedad. Un estudio citado por la cofundadora de la plataforma Domma señala que más de la mitad de mujeres menopáusicas con síntomas emocionales reportan sentirse mejor al hablar de sus sentimientos con alguien de confianza . Hablar y expresar las emociones tiene un efecto catártico: libera el “peso” emocional y ayuda a procesar las experiencias . Por eso, los psicólogos recomiendan no guardarse lo que uno siente. Si en un momento te desborda la tristeza o la rabia, busca a esa amiga o familiar de confianza y cuéntale; el solo hecho de que te escuchen con empatía puede aliviarte enormemente.

Y si sientes que en tu círculo cercano no tienes con quién hablar sin ser juzgada, entonces es aún más importante buscar ayuda profesional (terapia) donde tendrás un espacio seguro para expresarte. En definitiva, rodéate de gente que sume: personas positivas que te hagan reír, te distraigan y te recuerden tus cualidades .

Al mismo tiempo, pon límites a las influencias negativas; si hay alguien en tu entorno que te critica por estar “más sensible” o minimiza tus síntomas, procura no darle importancia o toma distancia, ya que esas actitudes pueden incrementar tu malestar. La menopausia no tiene por qué vivirse en silencio; hablar sobre ella abiertamente (como de cualquier tema de salud) ayudará a derribar tabúes y hará que más mujeres se sientan acompañadas en su camino .

Apoyo Profesional y Estrategias Terapéuticas para el bienestar emocional

A veces, a pesar de implementar hábitos saludables, la montaña rusa emocional puede sentirse abrumadora. Si los cambios de humor, la ansiedad o la tristeza profunda comienzan a interferir seriamente con tu vida diaria, buscar ayuda profesional es una decisión acertada y valiente. Un psicólogo o psicóloga puede proporcionarte herramientas especializadas para manejar la ansiedad, enfrentar los pensamientos negativos y regular las emociones intensas . La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, ha mostrado eficacia en mujeres menopáusicas para reducir síntomas de depresión y ansiedad al enseñarles a reestructurar pensamientos y adoptar estrategias de afrontamiento.

Otras formas de “terapias de conversación” (como la psicoterapia de apoyo, terapia interpersonal o grupos terapéuticos) también pueden ser muy útiles para explorar los cambios de esta etapa con guía profesional . Lo importante es no sentir que “debes poder sola” con todo: acudir a terapia no es signo de debilidad, sino una forma de autocuidado tan válida como hacer ejercicio o mejorar la dieta. De hecho, muchas mujeres encuentran en la terapia un espacio valioso para reencontrar su identidad, reforzar su autoestima y aprender a navegar esta transición con mayor serenidad.

En el plano médico, conviene igualmente apoyarse en los profesionales de la salud. Un ginecólogo o endocrinólogo especialista en menopausia puede evaluar si eres candidata a terapia hormonal sustitutiva (THS) y si esta podría ayudarte. La terapia hormonal consiste en administrar estrógeno (a veces combinado con progesterona) en dosis personalizadas, para aliviar los síntomas derivados del déficit hormonal.

Además de mejorar los sofocos y otros síntomas físicos, la THS “tiene efecto positivo” en las emociones de muchas mujeres: numerosos estudios avalan que puede disminuir la irritabilidad, los cambios de humor y la depresión leve asociados a la menopausia . Eso sí, no es una panacea universal ni se indica en todos los casos.

La Dra. Louise Newson, experta en menopausia, señala que la evidencia muestra beneficios emocionales de la terapia hormonal, pero si existe una depresión mayor concomitante, probablemente se requieran tratamientos adicionales específicos (como antidepresivos o terapia psicológica) . En definitiva, solo un médico podrá aconsejarte adecuadamente sobre este tema, evaluando tu historial y posibles riesgos o contraindicaciones.

Si la idea de usar hormonas no te convence o no es recomendable para ti, habla con tu médico sobre otras alternativas clínicas: por ejemplo, algunos antidepresivos en dosis bajas se prescriben a veces para mitigar sofocos y estabilizar el estado de ánimo; también existen fármacos ansiolíticos suaves o fitoterapias (como extractos de hierbas estandarizados) que tu médico podría considerar.

Lo crucial es no dudar en pedir ayuda cuando la necesites. Si llevas semanas sintiéndote abatida, sin interés por actividades que antes disfrutabas, o con una ansiedad que te paraliza, no lo sufras en silencio. Tal como recomiendan las psicólogas, ante una tristeza persistente o síntomas depresivos, hay que buscar apoyo profesional sin esperar a “tocar fondo” .

Habla con tu médico; cuéntale con sinceridad cómo te sientes emocionalmente, no solo tus síntomas físicos. La salud mental es parte integral de la menopausia y los buenos médicos lo saben. Asimismo, si ya cuentas con un terapeuta, coméntale los cambios físicos que atraviesas; integrar el abordaje médico y psicológico suele ser lo más eficaz.

En palabras de la Dra. Manero, “trabaja en conjunto con tus médicos, familia, amigos y contigo misma para tener una gran calidad de vida” en esta etapa . Aprovecha todos los recursos a tu alcance: quizás tu clínica u hospital ofrezca talleres de manejo del estrés en la menopausia, o tal vez existan líneas telefónicas de ayuda psicológica especializadas en mujer y midlife.

No hay necesidad de pasar por la menopausia en soledad ni con sufrimiento extremo. Con apoyo profesional adecuado, muchas mujeres logran estabilizar su ánimo —incluso aquellas que al inicio se sentían desbordadas— y encarar esta fase con una actitud más positiva y segura.

Cultivar una actitud positiva y cuidarse integralmente

Además de las recomendaciones anteriores, los expertos insisten en un mensaje esperanzador: la menopausia, lejos de ser el “fin” de algo, puede representar un nuevo comienzo lleno de oportunidades para el crecimiento personal. Es importante cultivar una actitud positiva hacia esta etapa de la vida. En lugar de enfocarse en lo que se pierde (la fertilidad, la juventud tal vez) mirarlo como una etapa de madurez en la que puedes priorizarte a ti misma. Muchas mujeres encuentran que, una vez superados los síntomas iniciales, la menopausia trae una sensación de liberación, sabiduría acumulada y nuevas metas.

Por eso, la psicóloga Pilar Guerra sugiere practicar la autoaceptación y dejar atrás los tabúes: hablar sin vergüenza de lo que sientes, reconocer tus logros y capacidades, y no permitir que estereotipos sociales te definan . También se aconseja practicar la gratitud: cada día, reflexiona sobre las cosas buenas (grandes o pequeñas) que tienes en tu vida y que has conseguido a lo largo de los años .

Esto puede ser tan simple como apreciar una taza de té caliente por la mañana, el apoyo de una amiga, o el hecho de que tu cuerpo ha llegado hasta aquí contigo. Centrarse en lo positivo no niega las dificultades, pero ayuda a equilibrar la balanza mental para no quedar atrapada solo en lo negativo.

Otra estrategia que recomiendan las especialistas, como la Dra. Manero, es mantenerse activa mentalmente y abierta a aprender cosas nuevas . Retomar algún pasatiempo olvidado o iniciar una actividad que siempre te atrajo (clases de arte, un idioma, jardinería, voluntariado comunitario) puede darle a tu rutina un aire fresco y un propósito renovado. Aprender o hacer algo distinto estimula el cerebro, combate la sensación de estancamiento y mejora la confianza en una misma.

Recuerda también dedicar tiempo para ti: ese “tiempo a solas” de calidad no es egoísmo, es autocuidado. Puedes usarlo para leer, dar un paseo, mimarte con un tratamiento relajante o simplemente descansar sin culpas. Conforme recuperas espacios propios, te reencontrarás con partes de tu identidad más allá de los roles de madre, esposa o trabajadora que quizás te consumían antes .

En síntesis, manejar la montaña rusa emocional de la menopausia requiere un enfoque integral. Combina el cuidado del cuerpo (ejercicio, alimentación, sueño) con el de la mente (relajación, nuevos intereses, terapia si hace falta) y el del entorno social (apoyo de los demás, comunicación). Cada pequeño cambio suma: tal vez empezar a caminar 30 minutos al día, reducir ese café de la tarde que te quitaba el sueño, o practicar respiraciones cuando sientes que vas a explotar, parezcan acciones sencillas pero, mantenidas en el tiempo, harán maravillas en tu salud física y mental . Y sobre todo, ten presente que no estás sola en este viaje.

Millones de mujeres han transitado por esa senda emocional y han salido fortalecidas. Empoderarte con información y apoyo te permitirá tomar las riendas de tus emociones en vez de sentirte a merced de ellas. Como dice la Dra. Manero, haber llegado a la menopausia solo significa que tu cuerpo está cambiando, “pero existe una infinidad de cosas que puedes hacer para disfrutar la vida” . Esta etapa puede ser el comienzo de un capítulo pleno de salud, bienestar y autoconocimiento. Con paciencia, amor propio y las estrategias adecuadas, es posible aplanar esa montaña rusa y encontrar de nuevo la estabilidad emocional día a día.

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Dr. Faltas

Fuentes: Expertos en salud femenina y psicología (ABC Medical Center, Domma, Serena Psicología), artículos especializados sobre la menopausia, folleto clínico sobre bienestar mental durante la menopausia, entre otros. Todas las recomendaciones aquí incluidas están respaldadas por profesionales médicos y evidencia reciente, lo que garantiza su fiabilidad y utilidad práctica para el bienestar emocional.

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